Un centenar de periodistas de distintos medios de comunicación, incluidos grandes comunicadores de reconocido prestigio, han firmado un manifiesto que denuncia la censura del Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, en las ruedas de prensa del Gobierno.
Se trata de la primera ocasión en la que periodistas de varios medios españoles firman un documento de estas características para denunciar los impedimentos del ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para informar libremente... y es que desde que empezó la crisis del coronavirus Oliver elige qué preguntas realizadas por los medios, conociendo previamente las cuestiones, transmite al presidente, los ministros o los portavoces del comité técnico.
El manifiesto denuncia que el Secretario de Estado de Comunicación ha llegado a formular personalmente alguna pregunta al presidente del Gobierno sin estar entre las enviadas por los medios de comunicación o ha corregido públicamente a alguno de los técnicos, como al DAO de la Policía.
Los firmantes recuerdan que “las dificultades técnicas no son más que excusas” ya que, tras más de dos semanas desde el decreto del estado de alarma, otros partidos han ido actualizando sus contactos con la prensa con el uso de aplicaciones que permiten preguntar y repreguntas en directo, y denuncian que sin repregunta, y con ministros respondiendo normalmente con evasivas, muchas cuestiones quedan sin concretar.
Los periodistas que suscriben el documento quieren poner de manifiesto que “estas líneas no tienen como objetivo defender ni condenar la gestión del Gobierno en la crisis del coronavirus, sino garantizar que los medios de comunicación puedan realizar su función sin mordazas y sin dificultades añadidas”, y reclaman además un “inmediato cambio de procedimiento”.
Mientras Sánchez asegurba hace unos días que los medios eran esenciales durante el estado de alarma, hace meses que los periodistas que cubren la información gubernamental denuncian las formas del Gobierno.
El gabinete de Sánchez ha instaurado la tradición de obligar a pactar las preguntas, entre cuatro y cinco, a los más de treinta periodistas que cubren habitualmente la información del ejecutivo. En distintas ocasiones los informadores se han quejado públicamente por la falta de respeto recurrente con los retrasos entre las horas que se convoca a la prensa, que ha llegado a superar la hora y media de demora.
